Arthur Miller, al igual que Eugene O’Neill o Tennessee Williams, es esencial en la escena teatral del siglo XX. El dramaturgo estadounidense consiguió magnificar con sus escritos la literatura inglesa de la época.
Su literatura profundiza en el comportamiento individual enfrentado a un mundo materialista, en el entendimiento personal y la autorrealización. Escritas con un estilo directo, cuasi coloquial, sus obras se fundamentan en la propia conciencia social del autor y su simpatía hacia los desheredados, salpicándose en ocasiones de falsos valores impuestos por la sociedad. Su influencia más directa parece provenir del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, máximo representante del movimiento naturalista que predominó durante las primeras décadas del siglo XIX.
Arthur Miller nació en nueva York, en 1915. Descendiente de una familia de inmigrantes polacos, trabajó desde muy joven para pagarse los estudios. A finales de la década de los años 30, mientras cursaba periodismo en la Universidad de Michigan, escribe la comedia “Todavía crece la hierba”. Tras regresar a su ciudad natal, se inicia en la realización de seriales radiofónicos. En 1944, obtiene uno de sus primeros premios literarios con “Un hombre con mucha suerte”, que sin embargo no alcanza el éxito comercial. “Focus” (1945), novela en la que sostiene un enfrentamiento directo contra el antisemitismo, le otorga el reconocimiento popular. Su siguiente trabajo, “Todos eran mis hijos”, es elegido por el Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York como la mejor obra teatral en 1947.
Su mayor logro, “Muerte de un viajante” (1949), Premio Pulitzer de teatro, es considerada como una de las mejores obras de teatro del siglo pasado. Entre sus trabajos más destacados se encuentran además “Panorama desde el puente” (1955), “Después de la caída” (1964), “Incidente en Vichy” (1964), “El precio” (1968) y “El arzobispo” (1977).
Como muchos otros judíos americanos, fue sospechoso de tener vínculos con el comunismo por lo que en 1956 fue investigado por el Comité de Actividades Antiamericanas. “Las brujas de Salem” (1953), es en realidad una crítica al fundamentalismo ideológico de entonces, una denuncia contra la investigación del Congreso de los Estados Unidos sobre las actividades subversivas dirigidas por el senador Joseph McCarthy.
En 1956, Miller se casa con la actriz Marilyn Monroe. Este matrimonio fue considerado como la máxima unión de la inteligencia y la belleza. Muchos se preguntaron los motivos que tuvo Marilyn para casarse. Algunos piensan que él la utilizó para relacionarse con los magnates de Hollywood. Lo cierto es que formaron una extraña pareja que vivió una relación inestable, la cual finalizó en divorcio en 1961. En su autobiografía, “Vueltas al tiempo”, en la que además de retratarse hace un repaso al contexto histórico que le tocó vivir en su país, el nombre de Marilyn Monroe es el que más páginas ocupa.
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