Amos Oz, nacido en Jerusalén en 1939, es considerado como uno de los escritores más importantes de nuestro tiempo en hebreo y también un reconocido intelectual comprometido con el proceso de paz en Oriento Medio. Estamos frente a un escritor permanentemente amenazado de muerte, y no precisamente por los fundamentalistas islámicos sino por sus propios compatriotas.

Su infancia transcurrió entre adultos que debatían sobre el destino del pueblo judío. En las tertulias escuchaba a Tchernijovsky, a su tío abuelo Joseph Klausner, visitaba la casa del escritor Shmuel Yosef Agnón o saludaba por la calle a Martin Buber.

Mientras estudiaba Literatura y Filosofía en la Universidad Hebrea de Jerusalén, entre 1960 y 1963, publicó sus primeros cuentos cortos. Participó en la Guerra de los Seis Días y en la Guerra de Yom Kipur y fundó en la década de los 70, junto a otros compañeros, el movimiento pacifista Shalom Ajshav (“Paz Ahora”). Amos Oz ha sido candidato varios años consecutivos al Premio Nobel de Literatura.

Acerca de sus escritos, ya sean artículos o novelas, el propio autor afirma que si tienen algo en común es que tratan de las imperfecciones de la vida descartando las perfecciones de la muerte gloriosa. Con un carácter profundamente vitalista, Oz nos ofrece sus visiones sobre la paz, de los sacrificios necesarios para alcanzarla, la cercanía a la muerte de los fanáticos, la incapacidad de éstos para ponerse en la piel del contrario, y la necesidad urgente de hacer esto último como experiencia ética, como demostración de humildad, e incluso como fin último para conseguir la supervivencia.

Amos Oz ha publicado alrededor de treinta obras: novelas, antologías de cuentos, libros de literatura infantil y recopilaciones de artículos y ensayos sobre temas literarios, políticos y sociales. Sus libros han sido traducidos a 37 idiomas.

Entre sus obras editadas podemos destacar “Donde aúllan los chacales y otros cuentos” (1965), “Mi querido Mijael” (1968), “Hasta la muerte” (1971), “Tocar el agua, tocar el viento” (1973), “La colina del mal consejo” (1976) y “Contra el fanatismo” (2006), que giran en torno a la casa donde creció.

Mientras que para unos es un intrépido erudito que busca un fin de las hostilidades con los palestinos cimentado en dos estados. Para otros muchos, Amos Oz es un simple traidor. Después de enfrentarse a los árabes, vivir en un kibutz y convertirse en el literato hebreo más notable, ha llegado a afirmar que «el fanatismo no fue creado por Al Qaeda o el ISIS, es un gen inherente al primitivismo del hombre».

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