
La eficacia del uso correcto en el tratamiento de los opioides, cuyo consumo aumentó un 83% en los últimos años en España, fue la cuestión de fondo argumentada por la Sociedad Española del Dolor (SED) ante la comunidad médica, las autoridades sanitarias y los pacientes.
La doctora Concepción Pérez, directora de “Retos actuales del tratamiento del dolor con opioides”, explicó que este año el enfoque de este curso —organizado por la SED con la colaboración de la Fundación Grünenthal y Boston Scientific— se centró en los opioides a raíz de los casos de muerte por sobredosis que se han producido en Estados Unidos y la alarma social allí creada.
España no es Estados Unidos, aseguraba con rotundidad Concepción Pérez, quien resaltó que en el país norteamericano se ha producido un consumo ilegal de opioides, que han sido utilizados por personas a quienes no se le habían recetado. Esto no ocurre en el territorio europeo. En España es importante racionalizar su uso, pero en general se utilizan bien, no tenemos ni epidemia ni riesgos específicos, subrayó la facultativa.
Otra de las conclusiones del curso es la necesidad de formación en la administración de opioides: Los opioides no son buenos ni malos; están bien o mal utilizados, que es diferente, y se trata de evitar riesgos a la población. Como parte específica del consenso que la SED planea impulsar, destaca la coordinación entre la atención primaria y la especializada con el paciente en el centro, compartiendo con él la decisión sobre los tratamientos con opioides.
En España no tenemos la situación de Estados Unidos y es probable que no se llegue a tener; sociedades científicas, organismos públicos con la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) o el Observatorio de las Drogas, trabajan para que la prescripción esté ajustada al beneficio del paciente.
La doctora Pérez indicó que los opioides no se deben retirar bruscamente, sino disminuir paulatinamente el tratamiento, y advirtió que para determinadas patologías como fibromialgia o cefaleas no se deben utilizar porque no ofrecen respuesta. En nuestro país ha aumentado la prescripción del tramadol, en dosis bajas, asociado al paracetamol, que produce un riesgo de adicción muy bajo.
Otros opioides no tienen una curva tan ascendente, como el fentanilo, cuyo consumo también ha aumentado, pero hay que tener en cuenta que ha mejorado mucho el abordaje del dolor oncológico.
Caridad Escobar, de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, recalcó que para los pacientes el tratamiento con opioides supone una oportunidad de tener algún tipo de solución en momentos agudos de dolor. La representante de los pacientes añadió: «Queremos poder tomar una decisión consensuada con nuestros médicos; gestionar nuestra salud y este tipo de tratamientos, para no tener problemas a largo plazo con efectos adversos.»
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