
“Rebobine, por favor” es la película número once de la filmografía del genial Michel Gondry. Fue presentada en el Festival de Cine de Sundance en 2008, en el poblado estadounidense de Park City, Utah.
En este singular filme, Gondry trenza un guion a partir del infortunio del señor Fletcher (Danny Glover), propietario de uno de los pocos videoclubes de cintas VHS que quedan en la ciudad. Al tener que ausentarse unos días, deja el negocio en manos de su empleado Mike (Mos Def). Todo va bien hasta que, en una visita, su colega Jerry (Jack Black) borra sin querer todas las cintas del local después de quedar magnetizado al intentar boicotear una central eléctrica.
La solución que se les ocurre a Mike y a Jerry es tan insólita como hilarante: rodar versiones alternativas de los grandes clásicos pasados y modernos, recreando escenas improvisadas y estrafalariamente domésticas, algo conocido en el mundillo underground como “suecar”.
Nos encontramos ante una propuesta que se disfrutará mucho más por parte de quienes hayan crecido con las películas que se homenajean mediante los inocentes plagios de la pareja protagonista (“Los Cazafantasmas”, “RoboCop”, “El Rey León”, “Regreso al futuro”, etcétera). Jack Black está soberbio, histriónico y esquizofrénico, frente a un equilibrado Mos Def que sigue evolucionando como actor. Danny Glover, con destellos de una madurez profesional llena de sosiego y coherencia la historia. Y Mia Farrow, entrañable y aniñada. Mágico final que encumbra a Gondry como un auténtico autor que domina a la perfección el medio.