Después de que dos jóvenes italianos usaran una impresora 3D para crear una pieza del ventilador de cuidados intensivos que se necesita para tratar a los afectados por el coronavirus SARS-CoV-2, Intersurgical Ltd. —la multinacional médica poseedora de la patente— estudió la posibilidad de interponer una demanda, incluso cuando estas válvulas salvaron al menos la vida de diez personas en un hospital en la ciudad de Brescia, región italiana de Lombardía.
«Había muchas personas cuyas vidas estaban en peligro, y actuamos» publicó en su perfil de Facebook Cristian Fracassi, quien junto con su compañero Alessandro Ramaioli elaboraron las válvulas.
El físico Massimo Temporelli solicitó la ayuda de Fracassi y Ramaioli para producir las válvulas por tan sólo 1 euro, después de que no llegaran los suministros de la farmacéutica de origen. La compañía con sede central en el Reino Unido, que cobra 10 euros por cada pieza del dispositivo, no compartió con nadie las especificaciones técnicas para su fabricación, por lo que en un principio no descartó iniciar acciones legales por infracción de patente.
El periodista Glyn Moody del blog TechDirt denunció la codiciosa ruindad de este intento de apercibimiento, un factor indicativo más de los profundos problemas y deficiencias del sistema financiero mundial, el cual ha quedado al descubierto por el brote de la pandemia: «Este es un ejemplo de cómo otorgando un monopolio en forma de patente permite que se establezcan precios arbitrariamente altos, y para más inri, dentro de un marco legal. Eso sería lo suficientemente perverso en cualquier situación, pero cuando hay vidas en juego y los hospitales italianos luchan por comprar incluso equipo básico como mascarillas, exigir tal suma de dinero es aún peor. Y cuando una pandemia está fuera de control, para una empresa el hecho de amenazar así a quien mediante una acción altruista intenta salvar vidas está completamente fuera de lugar.»
Como informó el periódico británico Metro UK, Cristian Fracassi y Alessandro Ramaioli continúan su ardua y encomiable labor de replicar tantos dispositivos como puedan. Las primeras válvulas que se produjeron funcionaron en diez pacientes en un hospital sobrecargado; el siguiente objetivo es superar la elaboración de cien unidades. Pero Fracassi añade que no está seguro de cuánto tiempo durarán o si estas serán reutilizables, ya que es posible que la esterilización pueda dañarlas.
Su equipo continúa testeando diseños diferentes al no tener acceso al diseño original del mecanismo. Mientras tanto, el país está lidiando con la escasez de equipos médicos, ya que el número de casos de SARS-CoV-2 continúa en ascenso y la impresión 3D podría ser una solución a las cadenas de suministro rotas.
En Italia, la pandemia de enfermedad por coronavirus SARS-CoV-2 se ha cobrado ya la vida de más de 10.779 personas. España e Italia suman más de la mitad de los muertos por COVID-19 en todo el mundo, 17.307 de 32.137.
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