Al principio fue el agua, lo líquido, y los ruidos incomprensibles pero amigables. Si tuviera que destacar algo de esa etapa sería la ausencia de dolor. Un día apareció la luz que vendría para quedarse, un cachetazo que me hizo llorar —desde entonces no he dejado de hacerlo—, la posterior calidez de unos brazos en forma de cuna, unos ardorosos pechos que me amamantaron durante un buen número de días, la aparición de los sentimientos, el conocimiento de la ausencia, del frío, del calor, del dolor, el aprendizaje continuo, la lucha por la vida, la movilidad de la otredad y la mía propia, la diferencia y exquisita diversidad de personas y de cosas, la necesidad de aprender, de buscarme el sustento formándome, la distinción entre lo que era aceptable y lo que debía ser rechazado, la tiranía impuesta por algunos sobre todos los demás, la uniformidad de los comportamientos, la aparición de códigos —muchos de los cuales eran y son discutibles a mi entender—, la exuberancia del sexo —en principio indefinido— como una pulsión ancestral, los enamoramientos, la procreación, el nacimiento de hijos y hasta de nietos cuando fue menester, el inevitable tránsito, el camino, el cansancio, el deterioro progresivo, la comprensión del mundo, de los intereses individuales y de grupos de presión u organizaciones sectoriales, el desencanto, la apatía a veces, la aceptación de la ignominia como inevitable y el entendimiento de que las sociedades nunca estuvieron ni estarán bien organizadas porque la usura y el despotismo siempre andan por medio, como los miércoles.
¿Qué te ha parecido el contenido al que acabas de acceder?
En ORUBA consideramos la independencia editorial como el pilar sobre el que se construye el periodismo veraz e incorruptible. Cada artículo que publicamos tiene como objetivo proporcionarte información precisa y honesta, con la certeza de que tú eres la razón de nuestro proyecto informativo.
Por ello, queremos invitarte a formar parte de nuestro esfuerzo. Cada euro cuenta en nuestra misión de desafiar narrativas sesgadas y defender la integridad periodística. Desde sólo 1 euro, puedes unirte a esta causa.
Tu apoyo respalda nuestra evolución y envía un mensaje claro: La información sincera merece ser protegida y compartida sin obstáculos. ¡Únete a nosotros en esta misión!
Publicidad