La importancia de establecer lazos intergeneracionales de amistad es innegable, y lo datos así lo confirman. Un ejemplo claro proviene de las investigaciones realizadas por la oenegé Big Brothers Big Sisters of America, con sede en Florida, que vincula a niños con mentores adultos en un entorno seguro y supervisado. Una de sus investigaciones, realizada en la década de los años 80 del siglo pasado, reveló que los niños con mentores experimentaban significativamente menos problemas en el día a día: un 46% menos de consumo de drogas, un 50% menos de absentismo escolar y un 33% menos de comportamiento violento. Estos porcentajes resaltan el impacto positivo de las interacciones con adultos en la vida de los jóvenes.

¿Pero cuál es el valor que los adultos encuentran en estas relaciones? El doctor George Vaillant, que lideró el grupo de investigación del reconocido estudio “Harvard Grant Study” sobre la felicidad desde 1972 hasta 2004, enfatiza con reiteración la esencia de las relaciones interpersonales en el desarrollo saludable del ser humano. Además, ha reconocido la enorme influencia de estas conexiones en las personas, incluso promoviendo una vida longeva y gratificante. En palabras del psiquiatra neoyorquino al periódico digital The HuffPost: «Un hombre puede tener una carrera exitosa, dinero y buena salud física, pero sin relaciones amorosas y de apoyo, no sería feliz».

En su obra “Envejecer bien” (Little Brown, 2002), Vaillant no sólo destaca la importancia de la cohesión con la pareja y otros individuos, sino también entre diferentes generaciones. Escribió: “En las tres cohortes del estudio, los líderes generativos triplicaron las probabilidades de que la década de los años 70 fuera para estos hombres y mujeres un período de alegría y no de desesperación”. La generatividad, entendida como una inversión en la próxima generación, cuidándola e impulsándola, triplica las posibilidades de que los adultos mayores encuentren felicidad.

Por otro lado, un estudio realizado por la Asociación Americana de Personas Jubiladas respalda estas afirmaciones, confirmando que el 93% de las personas que mantienen amistades con individuos de diferentes edades encuentran beneficios significativos en estas relaciones. Las personas mayores descubren nuevas perspectivas (61%), se inspiran (44%) y descubren modelos singulares a seguir (40%) en sus amigos más jóvenes. A su vez, los adultos jóvenes valoran la sabiduría y experiencia de sus amigos mayores, lo que les permite ver el mundo desde otra perspectiva (54%) y compartir sus opiniones abiertamente (37%).

Con todo ello, estas relaciones no sólo son una fuente de júbilo, sino también un recordatorio profundo de que la riqueza verdadera se encuentra en las relaciones humanas auténticas y en el vínculo inquebrantable que compartimos como seres humanos.

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