La noticia de que Volodímir Zelenski, el “Servidor del Pueblo”, estaba siendo considerado como candidato al Nobel de la Paz 2023 sonaba a una broma de mal gusto. Sin embargo, el prestigioso galardón finalmente encontró su merecido destino en manos de una verdadera heroína: la activista iraní por los derechos de las mujeres Narges Mohammadi. Este anuncio nos llenó de alegría y esperanza.

El comité noruego, tras un profundo análisis, otorgó el premio a Narges Mohammadi por su incansable lucha por los derechos del colectivo femenino y por su valentía al enfrentar la opresión que ejerce el Gobierno de Irán hacia la mujer.

Este año, un total de 351 candidaturas fueron presentadas, incluyendo figuras destacadas como la veterana periodista afgana Mahbouba Seraj, el Tribunal Internacional de Justicia, los defensores de los derechos de los pueblos indígenas Victoria Tauli-Corpuz y Juan Carlos Jintiach, el Consejo Consultivo de Unidad Nacional de Myanmar y la oenegé Human Rights Data Analysis Group (HRDAG), entre otros.

En los más de 120 años de historia de los premios, sólo 18 mujeres han sido honradas con el Nobel de la Paz. Este galardón es el único que se entrega en Oslo y su ganador es seleccionado por el comité noruego siguiendo fielmente los estatutos de la Fundación, los cuales permiten que individuos, organizaciones y entidades en activo sean consideradas para esta prestigiosa condecoración, incluyendo catedráticos de universidad, parlamentarios, antiguos laureados, miembros de tribunales internacionales, etcétera. La creación de la Fundación Nobel en 1900 se basó en la última voluntad del inventor de la dinamita: el químico, ingeniero, escritor e inventor sueco Alfred Bernhard Nobel.

El proceso de selección es meticuloso, con un análisis en profundidad de todas las candidaturas e intensos debates entre los miembros que forman el comité, con la participación de asesores y expertos tanto noruegos como de otros países del resto del mundo. La decisión final, buscando siempre el consenso, se toma en la última reunión antes de la proclamación, que se realiza después del anuncio del Premio Nobel de Literatura y precediendo al Premio Nobel de Economía.

Narges Mohammadi, actual vicepresidenta del Centro de Defensores de los Derechos Humanos, organización dirigida por la también premio Nobel Shirin Ebadi, es una figura destacada en la lucha por los derechos humanos en Irán. Graduada en Física en la Universidad Internacional Imam Jomeini, Mohammadi se convirtió en una prestigiosa ingeniera y notable periodista.

A lo largo de su vida, se ha enfrentado a persecuciones y prisión por su activismo político y sus duras críticas al Gobierno iraní. Ha soportado condiciones inhumanas en la cárcel y, a pesar de sufrir graves problemas de salud, continúa denunciando las atrocidades perpetradas por las autoridades iraníes. Su valentía y determinación son un testimonio emocionante de la fuerza del espíritu humano en la búsqueda incansable de la justicia y la igualdad.

A sus 51 años, Narges Mohammadi ha pasado más de la mitad de su vida tras las rejas, sufriendo y perseverando en su justa causa. Desde su celda en la cárcel de Evin en Teherán, ha recibido la noticia de que ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz de este año. A pesar del aislamiento y las limitaciones que implica su actual situación legal, continúa su lucha. En enero de este año, Mohammadi fue condenada a 10 años y 8 meses de prisión, así como a 154 latigazos, por denunciar cientos de casos de tortura y violencia sexual por parte de la policía de su país.

Su valentía, incluso en las condiciones más adversas, sirve como un poderoso recordatorio de la importancia de seguir peleando por un mundo más justo y equitativo para todos, independientemente de las dificultades que nos encontremos en el camino. Narges Mohammadi, con su incansable determinación, representa la esencia misma del espíritu humano en su búsqueda eterna de la paz y la libertad.

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