El gran desafío: la banca se queda con todo

6 de noviembre de 2023
Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander desde septiembre de 2014. Fotografía: Luis Tejido.

En medio de la profunda crisis económica que afecta a España, los beneficios lucrativos obtenidos por los grandes bancos han suscitado indignación y rechazo entre la ciudadanía. Estas ganancias, que han superado todas las expectativas hasta septiembre, han avivado el descontento general y generado un profundo sentimiento de repulsa. Mientras la mayoría de las personas enfrenta dificultades financieras, estas entidades continúan acumulando millones a expensas de los modestos depósitos de la gente humilde. Este fenómeno ha ampliado la brecha entre ricos y pobres, generando una creciente hostilidad hacia las instituciones financieras que se benefician a expensas de los ciudadanos de a pie.

Durante el ejercicio 2023, las seis principales entidades cotizadas en el IBEX-35 han acumulado un total de 19.761 millones en los nueve primeros meses del año, un escandaloso aumento del 23.6% en comparación con el mismo período del año anterior. Esto casi iguala las ganancias de todo el año 2022. A pesar de la tasa extraordinaria impuesta a la banca por el Gobierno, las entidades financieras han experimentado un aumento en sus beneficios debido al incremento de los tipos de interés. Esto ha beneficiado a los accionistas y a los grandes fondos de inversión extranjeros, pero ha tenido un costo para las familias españolas, cuyas economías se han visto afectadas.

Entre los grandes beneficiarios se encuentra el Banco Santander, que lidera la lista con ganancias de 5.241 millones de euros en el primer semestre de 2023, un sólido aumento del 7% respecto al mismo período del año anterior. Este aumento se atribuye principalmente al fuerte crecimiento de los ingresos en Europa, que neutralizó el aumento interanual de las provisiones en Norteamérica y Sudamérica. Se espera que las ganancias netas del Santander para todo el año 2023 superen los 10.000 millones.

El BBVA ha obtenido 3.878 millones de euros en el primer semestre de 2023, un aberrante aumento del 31%, mientras que CaixaBank ha ampliado sus beneficios en un 35.8% alcanzando los 2.137 millones de euros. Este acrecentamiento se ha visto impulsado principalmente por la evolución comercial, con un incremento del 31.3% de los ingresos recurrentes, hasta los 7.110 millones de euros. Bankinter también ha registrado ganancias significativas con un beneficio neto de 418 millones de euros en el primer semestre del año, lo que equivale a una subida del 54% en comparación con el mismo periodo de 2022.

Por otro lado, Unicaja Banco cerró el primer semestre de 2023 con un rendimiento neto atribuido de 148 millones de euros, una disminución del 13% respecto a las ganancias contabilizadas en el mismo período del año anterior, principalmente debido a las luchas internas de poder que la entidad malagueña ha sostenido a lo largo del presente curso.

La crisis financiera sigue intensificando la presión sobre los ciudadanos ya que la fluctuación al alza de los tipos de interés ha desestabilizado el índice euríbor, lo que se traduce en cuotas mensuales más altas para las familias con préstamos hipotecarios de tipo variable. Además, la inflación ha seguido en aumento, alcanzando el 3.5% en octubre, ejerciendo una presión adicional sobre los bolsillos de los ciudadanos. Esta situación ha llevado a muchas familias a utilizar sus ahorros para hacer frente a los gastos diarios, siendo los alimentos y combustibles los productos que encabezan la escalada de precios. Los ciudadanos españoles se enfrentan a una presión monetaria casi insostenible, con un aumento significativo en el coste de la vida y cuotas mensuales de préstamos que se vuelven cada vez más difíciles de manejar.

A pesar de las quejas de los altos directivos de la banca sobre las tasas impuestas por el Gobierno, las medidas del Banco Central Europeo han beneficiado en gran medida a las entidades financieras, mientras que los trabajadores del sector han visto mermados sus beneficios. Los sindicatos están presionando para renegociar los convenios laborales y obtener aumentos salariales para compensar la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación.

Mientras tanto, los clientes se han visto presionados para abrir depósitos, a pesar de que la remuneración real ha sido negativa debido a las comisiones. En resumen, el panorama financiero actual beneficia a los bancos y sus accionistas a costa de los cargos aplicados a los clientes y las condiciones precarias de los trabajadores del sector respecto a sus salarios. Esta desconexión entre el éxito del sector bancario y la realidad que enfrentan los ciudadanos es alarmante y requiere una atención urgente por parte del Gobierno para garantizar un equilibrio justo y sostenible en el sistema financiero que beneficie a toda la ciudadanía.

Por ello, es crucial que los políticos españoles tomen medidas efectivas para restaurar la equidad y proteger los intereses de los ciudadanos de a pie, asegurando así un futuro económico más justo y sostenible para todos.

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