La reciente postura de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, al respaldar públicamente la continuidad de Pedro Sánchez como jefe del Ejecutivo en el Comité Federal del PSOE, celebrado el pasado sábado 27 de abril, generó cierto revuelo entre la opinión pública. Algunas personas mostraron su disgusto porque veían al político manchego como un ariete contra el Presidente del Gobierno, mientras que otras, entre las que me incluyo, nos sorprendimos gratamente.
En principio, Emiliano García-Page parecía un verso libre entre los dirigentes de su partido, pero la abrumadora tendencia de apoyo hacia la figura de Pedro Sánchez entre las filas socialistas le obligó a sumarse al carro para evitar ser atropellado por sus compañeros.
Hay que tener en cuenta que, aunque García-Page es del sector más ultramoderado del PSOE, no tiene intención de abandonar el partido. Podría postularse para un nuevo mandato como presidente, pero sólo lo podría hacer bajo las siglas de su actual formación política, ya que parece descartarse que se postule como candidato independiente, y mucho menos como parte del Partido Popular. El que algo quiere… algo le cuesta.
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