La vuelta a casa de Pablo González Yagüe

La liberación de Pablo González Yagüe por parte de Polonia revela una vez más cómo las alianzas internacionales dictan las decisiones políticas. A pesar de las acusaciones sin fundamento y la manipulación informativa, la influencia de Estados Unidos y la OTAN fue crucial en su liberación. Ahora, es vital que reciba el reconocimiento adecuado por su valiente labor como periodista
20 de agosto de 2024
Retrato del periodista vasco Pablo González Yagüe. Fotografía: Juan Texeira.

Polonia ha tenido que liberar al español Pablo González Yagüe, retenido de forma ilegal, sin ninguna acusación fundamentada, bajo la sospecha de ser un espía ruso. El periodista se encontraba en la ciudad fronteriza de Przemyśl durante un viaje a Ucrania, desde donde planeaba enviar crónicas como corresponsal sobre la guerra entre Kiev y Moscú. Sin embargo, Estados Unidos decidió que González Yagüe debía ser parte de un intercambio de prisioneros con Rusia, que interesaban enormemente a Washington. Como obediente servidor de la OTAN, el Gobierno polaco no tuvo más remedio que ceder.

La frustración de Polonia por no haber podido retener más tiempo al periodista y politólogo español quedó evidenciada con la presentación de cargos en su contra dos días después de su liberación, el jueves 1 de agosto. Durante dos años y cinco meses como rehén, la Fiscalía fue incapaz de articular una acusación mínimamente creíble. Con esta decisión, las autoridades de Varsovia buscan asegurar su detención, a pesar de que actualmente no se encuentre en el país, y evitar que el proceso se extinga.

El razonamiento polaco para detener al periodista vasco tenía que ver con la presentación de su pasaporte de origen ruso en la frontera. La manipulación del Gobierno ignoró deliberadamente el hecho de que Pablo tuviera doble nacionalidad, rusa y española, ya que es descendiente de los “niños de la guerra” que fueron enviados a Rusia para huir de la Guerra española y se casaron con ciudadanos de la entonces Unión Soviética. Sería demasiado torpe para un espía presentar una documentación que lo pudiera incriminar.

El razonamiento polaco para detener al periodista vasco tenía que ver con la presentación en la frontera de su pasaporte de origen ruso, pero la manipulación informativa del Gobierno hizo caso omiso del hecho de que Pablo tuviera doble nacionalidad, rusa y española, porque es descendiente de los niños de la guerra que se fueron a Rusia para huir de la guerra de España y contrajeron matrimonio con un ciudadanos de la entonces Unión Soviética. Para ser espía, hay que ser muy torpe para presentar una documentación que podría incriminarte.

La maniobra está vinculada al apoyo inquebrantable de Varsovia a Ucrania y a su tradicional odio hacia todo lo que proceda de Rusia. A pesar de que teóricamente en el país ya no gobiernan los ultracatólicos de Ley y Justicia y que el nuevo presidente, Donald Tusk, lideró el Consejo Europeo entre 2014 y 2019, los prejuicios derechistas del régimen no han cambiado y siguen la estela del nacionalismo más trasnochado promovido por el Papa Juan Pablo II.

En este intercambio de prisioneros, la decisión de Estados Unidos y de la OTAN fue trascendental, ya que Washington y la CIA estaban muy interesados en varios de los presos detenidos en Moscú. Incluso Alemania tuvo que doblar la cerviz, pues el pacto incluía a Vadim Krasikov, un conocido sicario ruso que mató a plena luz del día al rebelde checheno de origen georgiano Zelimkhan Khangoshvili en el parque Tiergarten de Berlín en 2019.

El cumplimiento de las necesidades estadounidenses fue un factor determinante para poder llegar a un acuerdo, con todos los países europeos siguiendo el ritmo marcado por la Casa Blanca. Por ello, la inclusión de los presos en la lista fue sólo cuestión de los dos países involucrados. Rusia incluyó a Pablo porque tiene nacionalidad de ese país y porque se preocupó por su estado, algo que en ningún momento hizo la diplomacia española, que se centró en atender los dictámenes de la Alianza Atlántica en lugar de velar por el bienestar de sus ciudadanos.

La vuelta a casa de Pablo González Yagüe, que parece seguir en Moscú recuperándose de su prolongado cautiverio, no parece que haya sido objeto de muchas alegrías entre la clase política y periodística española más institucionalizada, salvo puntuales excepciones. En algunos medios se le tacha de espía sin contrastar la información, utilizando como pretexto el hecho de que, a su llegada a Moscú, fuera recibido por el mismísimo Vladímir Putin.

Me alegra que Pablo esté libre, aunque hubiera preferido que Polonia demostrara sus acusaciones y que, en un juicio justo, hubiera salido absuelto. Sin embargo, la nueva Guerra Fría impulsada por la OTAN y Estados Unidos, que busca volver a la unilateralidad como potencia, genera estos monstruos que caen sobre personas independientes y críticas con el Imperio. El objetivo principal del “atlantismo” es someter a Rusia y asegurar que Ucrania gane la guerra, aunque parece que estos deseos no se están materializando. Entre el sionismo internacional y la vieja maquinaria de poder de la industria militar, quieren llevar al mundo al caos.

Mientras tanto, debemos estar contentos de que Pablo González Yagüe esté libre, y es importante que el periodismo le rinda el homenaje que merece por haber defendido con su seguridad el derecho a una información libre y veraz. Espero que, a su regreso a España, sea recibido como corresponde y se le otorgue una cálida bienvenida. ¡Contad con mi apoyo inquebrantable!

¿Qué te ha parecido el contenido al que acabas de acceder?

En ORUBA consideramos la independencia editorial como el pilar sobre el que se construye el periodismo veraz e incorruptible. Cada artículo que publicamos tiene como objetivo proporcionarte información precisa y honesta, con la certeza de que tú eres la razón de nuestro proyecto informativo.

Por ello, queremos invitarte a formar parte de nuestro esfuerzo. Cada euro cuenta en nuestra misión de desafiar narrativas sesgadas y defender la integridad periodística. Desde sólo 1 euro, puedes unirte a esta causa.

Tu apoyo respalda nuestra evolución y envía un mensaje claro: La información sincera merece ser protegida y compartida sin obstáculos. ¡Únete a nosotros en esta misión!



Publicidad