Más allá del acuerdo: el lío de la financiación

El debate sobre la financiación singular de Cataluña ha generado preocupaciones sobre una posible desigualdad entre comunidades autónomas. Sin embargo, aún no hay evidencia concluyente de discriminación. Es fundamental mantener la calma y evitar especulaciones infundadas mientras se espera que las medidas sean debatidas y refrendadas en el Congreso
4 de septiembre de 2024
Miriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados. Fotografía: Eduardo Parra.

¿Podría explicar con claridad en qué basa su opinión alguien de los que opina, firmemente, que la financiación singular de Cataluña va a suponer la desigualdad entre los españoles y creará un país discriminatorio? Porque, sinceramente, he revisado las líneas generales del acuerdo entre socialistas y Esquerra Republicana y he sido incapaz de encontrar discrepancias con respecto a lo que podrían ser las medidas económicas para las demás comunidades, cuando, por otra parte, es sólo un resumen del anteproyecto que deberá ser refrendado por el Consejo de los Diputados.

He oído que se trata de un nuevo cupo, similar al vasco o al navarro, y también he escuchado que es un concierto especial que irá en detrimento del resto de España. Todo está bastante confuso, excepto para los enemigos del Gobierno, quienes aseguran que Pedro Sánchez se ha echado en manos de los independentistas y les ha dado la llave de la caja, porque el Gobierno les promete recaudar todos los impuestos, sin aclarar si esto es equivalente a quedarse con ellos.

No conozco ningún informe concluyente de la derecha ni de algunas comunidades que ponga negro sobre blanco ese trato discriminatorio. Además, se olvidan de que los soberanistas catalanes están divididos respecto al acuerdo: Junts repudia el pacto entre el PSC y ERC y considera que no es bueno para Cataluña. Si la disputa fuera sólo por la hegemonía dentro del independentismo, muchos catalanes secesionistas correría a gorrazos al partido de Puchi. Sin embargo, parece que el tema no está tan claro como afirman desde las filas de la oposición conservadora.

Tampoco ayuda a esclarecer la información el trabalenguas de la ministra de Hacienda sobre si se trata de un convenio económico o no, ni las alharacas de algunos barones socialistas, que parecen hablar de oídas y confundir sus deseos con la realidad. Esto es especialmente evidente en el caso del partido en Aragón, con el inestable Javier Lambán a la cabeza, y los compañeros de Luis Tudanca en Castilla y León. Sorprendentemente, Emiliano García-Page, el crítico eterno de Castilla-La Mancha, no ha hecho muchas declaraciones sobre el asunto.

Comoquiera que los críticos del convenio, acuerdo, cupo o como quieran llamarlo, no han dado más argumentos que lugares comunes, uno empieza a sospechar que existe una especie de catalanofobia en determinados sectores de la sociedad o un exacerbado centralismo mental, que parece poco compatible con el Estado de las autonomías consagrado en la Constitución Española.

Acordaos de los bulos que circularon sobre Cataluña durante el procés. En algunos periódicos se llegó a publicar que los independentistas ofrecían droga a los chavales para que fueran a votar el 1 de octubre de 2017, en plena orgía de falsedades españolistas. Recordad también el ridículo espantoso que sufrieron aquellos que, con la puesta en marcha del Estatuto de Autonomía de Cataluña — luego desactivado por el Tribunal Constitucional—, impulsaron un boicot al cava catalán, que resultó ser un fiasco, porque los propietarios de las empresas vendieron cepas a la industria extremeña, de modo que los saboteadores terminaron consumiendo productos separatistas a un precio de escándalo. Así, las arcas de Codorníu y Freixenet se llenaron con el dinero de los enemigos de sus cavas y vinos espumosos.

Conviene insistir en que el famoso concierto, cupo o financiación singular todavía no es ley; forma parte de los acuerdos generales para la gobernabilidad de Cataluña y tendrá que ser refrendado en las Cortes Generales. Por lo tanto, es conveniente que los actores políticos guarden algo de moderación y pongan la prudencia por encima de la explicación interesada.

Uno, que es confiado por naturaleza, tiene el pálpito de que esa financiación podría ser extensible al resto de las autonomías, en función de varios parámetros y que, si el Ejecutivo plantea esa operación sólo con tintes electoralistas, será un fracaso, porque no podrá conjugar los intereses de cada región y, entonces, sí se producirá la desafección de todos los españoles. Mientras tanto, mantengamos la calma y no nos dejemos llevar ni por filias ni por fobias.

¿Qué te ha parecido el contenido al que acabas de acceder?

En ORUBA consideramos la independencia editorial como el pilar sobre el que se construye el periodismo veraz e incorruptible. Cada artículo que publicamos tiene como objetivo proporcionarte información precisa y honesta, con la certeza de que tú eres la razón de nuestro proyecto informativo.

Por ello, queremos invitarte a formar parte de nuestro esfuerzo. Cada euro cuenta en nuestra misión de desafiar narrativas sesgadas y defender la integridad periodística. Desde sólo 1 euro, puedes unirte a esta causa.

Tu apoyo respalda nuestra evolución y envía un mensaje claro: La información sincera merece ser protegida y compartida sin obstáculos. ¡Únete a nosotros en esta misión!



Publicidad