
La psicóloga Mariana Menéndez, natural de la ciudad de Gijón, nos explica en su primer libro “Eres presa. Sobrevive al narcisista” que no todos los maltratadores son narcisistas, pero que casi todos los narcisistas lo son.
Narciso es un personaje de la mitología griega que, enamorado de su imagen reflejada en el agua de una fuente, terminó ahogándose allí, en su propia belleza. Según la leyenda, con posterioridad se convertiría en la bella flor amarilla del narciso, que, como él, sobre el agua donde vive, inclina su tallo igualmente tal que complaciéndose en su reflejo. Y esto es debido a que dicha planta contiene alcaloides tóxicos, que dan origen a la palabra narcótico y que pueden afectar a sistema circulatorio, al aparato digestivo y al sistema nervioso.
Ahora, la psicología moderna descubre que, indefectiblemente, todas las personas maltratadoras son narcisistas. Y que entre las causas de esa agresiva “toxicidad emocional” que, venenosamente, supuran está la de que para lograr deslumbrar con su brillo necesitan eclipsar sin piedad el destello del prójimo más cercano.
No permitamos nunca que nadie nos apague. Y recordemos que, si lo intentan, es porque estamos brillando. Brillemos, pues, y mejor rodeémonos… ¡Qué se yo! de rosas, por ejemplo.
Texto: Miguel Aramburu.