
Asturias perdió 4.400 empresas en una década y 53.500 empleos. ¿Qué más tiene que pasar para evitar la extinción de nuestra región?
Ni Pelayo, ni La Santina, ni el Oviedo, ni el Sporting, ni la princesa Leonor van a salvarnos del infierno social en que nos vamos sumiendo. En esta Asturias de mis dolores no llegamos al millón de habitantes; el desempleo aumenta de forma alarmante; la juventud carece de futuro, por lo que decide emigrar; las grandes empresas se largan; los pequeños negocios cierran; somos la región más envejecida del Mundo, con más de 24.000 personas en situación de dependencia, y no todas con la debida asistencia social; tenemos el impuesto de sucesiones más gravoso del país… etcétera, etcétera.
A ver si maduramos. A ver si dejamos las chorradas en el lugar que les corresponde. A ver si nos hacemos responsables, y a ver si empezamos cuanto antes a reconquistar esta maldita región luchando por nuestros derechos de una bendita vez.
Sólo entonces podremos presumir de grandones, borrachones, fumboleros y dinamiteros. De lo contrario de nada valdrá agitar banderones ni gritar como “babayos”: ¡Puxa Asturies!
Texto: Miguel Aramburu.