La amnistía le viene muy bien a Cataluña

Las elecciones catalanas del 12M mostraron que la amnistía del Gobierno progresista es beneficiosa. Los votantes eligieron transversalidad sobre polarización, permitiendo a Salvador Illa formar gobierno en coalición
19 de mayo de 2024
En la imagen, el lídel del PSC, el barcelonés Salvador Illa. Fotografía de archivo.

Era una apuesta muy arriesgada porque podría haber tenido un efecto contrario al deseado entre la población catalana y porque el Partido Popular y la derecha mediática viven instalados en la crispación, no en el consenso necesario para superar cualquier crisis territorial. Sin embargo, al final, los resultados de las elecciones al Parlament català del 12M demostraron que la amnistía postulada por el Gobierno progresista es beneficiosa para Cataluña, y los electores han optado por la transversalidad en lugar de la polarización.

Creo que existen pocas dudas de que el hecho de que el PSC haya vencido por primera vez en votos y en escaños está relacionado con su decisión de acabar con los daños del procés y de la aplicación del artículo 155 de la Constitución contra los que querían mantener en estado latente un enfrentamiento territorial que no ha dejado buena sintonía entre las familias de Cataluña y de España.

Los resultados de las urnas permitirán que el socialista Salvador Illa sea designado presidente de la Generalitat. Se necesitaría que surgieran una serie de complicaciones y se cometieran numerosos errores para que el exministro de Sanidad durante la pandemia no pudiera formar gobierno, ya sea en solitario o en coalición, lo cual parece lo más conveniente debido a la escasa diferencia de escaños entre su partido y la candidatura de Junts, encabezada por Carles Puigdemont.

La fórmula más viable para gobernar Cataluña sería un tripartito integrado por los socialistas, Esquerra Republicana y Comuns, avalados por Sumar. Este tipo de alianza ya se produjo años atrás, durante los mandatos de Pasqual Maragall y José Montilla como presidentes de la Generalitat, aunque entonces los comunes no existían y la tercera pata del acuerdo estaba formada por Iniciativa per Catalunya, el antiguo PSUC.

Carles Puigdemont no renuncia a ser él quien ocupe la presidencia cuando se constituya el Parlament, pero enfrenta varios obstáculos. No cuenta con mayoría absoluta junto a Esquerra, y el partido de Pere Aragonès ha declarado que no se unirá a un pacto nacionalista, posiblemente porque, a pesar de su considerable descenso en escaños, se sienten más cómodos con un tripartito de izquierdas, donde aportarían su perfil más nacionalista.

Aunque a algunos les gustaría repetir las elecciones, esta no parece ser la opción más probable hasta el momento, según los análisis postelectorales, ya que quizá sea únicamente a Junts a quien le resultaría rentable que los catalanes vuelvan a votar. Obviamente, ni a Esquerra ni a los comunes les convendría la repetición. En todo caso, y es discutible, podrían ser los socialistas quienes salieran beneficiados.

La subida en escaños del Partido Popular, pasando de tres a quince, es muy significativa debido a la debacle de Ciudadanos, que ha perdido sus seis escaños, así como a la polarización a favor y en contra de la amnistía. A pesar del aumento de respaldo, los conservadores españoles siguen siendo irrelevantes en Cataluña. Aunque argumenten tener derecho a ocupar un asiento en la Mesa de la Cámara, es poco probable que el resto de fuerzas les haga caso. Lo mismo sucede con Vox, que ha mantenido sus once escaños, resistiendo el empuje de la derecha más moderada.

En cuanto a los independentistas más irreductibles, la extrema izquierda de la CUP ha perdido cinco de los nueve escaños que tenían y ni siquiera pueden llegar a ser aliados de Puigdemont en un ejecutivo ultranacionalista. Por otro lado, otros independentistas, estos de extrema derecha como Alianza Nacional, han sorprendido con dos escaños, con un discurso xenófobo y contrario a la inmigración. Sin embargo, no son significativos ni para formar gobierno ni para la oposición.

Todos comentan que los ciudadanos han hablado claro con su voto y han determinado que la mayoría absoluta para gobernar de forma tranquila es el tripartito mencionado anteriormente, ya que todas las fuerzas que lo componen son favorables a la implementación de la amnistía. En su primera intervención sobre el resultado electoral, Pedro Sánchez lo dejó muy claro: en Cataluña han triunfado el perdón y la generosidad. No obstante, es posible que haya otras opiniones, por supuesto.

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