«La vida es un espectáculo muy excitante. Como mi única norma es romper las reglas, no conozco la monotonía. Para mí, de la excentricidad a la excelencia sólo hay un paso; por eso intento vivir la vida al límite.» (Thierry Mugler)
En la década de los años 80 del siglo XX, la moda desbordaba locura y alegría: vestidos enfundados en cristal, sirenas de lentejuelas, corsés armados… A lo largo de su trayectoria, el modisto francés siempre tuvo claro cómo quería vestir a la mujer: con trajes de chaqueta estructurados con formas aerodinámicas, solapas afiladas, hombreras desmesuradas y cinturas de avispa con faldas que se ajustaran a la cadera. En definitiva, una mujer sensual y de marcada personalidad.
Nacido en Estrasburgo en 1948, Mugler es uno de los pocos diseñadores galos dueño de su propia marca, creada en 1974. En su fábrica se confeccionan los modelos a partir de prototipos concebidos en los talleres. Fue fotógrafo y bailarín de la Opera del Rin. En 1984 puso en escena una de sus colecciones en el Zenith —una conocida sala de París— ante 6.000 personas.
A pesar del paso de los años, Thierry Mugler sigue siendo fiel a sí mismo. Gracias a su propuesta futurista de corte agresivo y extravagante se ha convertido en uno de los nombres propios más importantes de la moda europea contemporánea. Su trabajo ha trascendido los límites del estilo y la imaginación, reinventando lo clásico, rompiendo conceptos.
Enemigo de lo natural, siempre exaltó el espíritu hollywoodiense y el universo del cómic para recrear con virtuosismo vampirellas con trajes de chaqueta de cuello encrestado y tacones extremadamente afilados. El sentido del espectáculo ha sido desde sus inicios la constante común en cada uno de sus desfiles. En Nueva York no dudó en atar a una modelo a una escalera de mano colgada del piso 65 del Edificio Chrysler. Los escándalos pasan pero su estilo perdurará.
De Tippi Hedren a Lady Gaga, muchos personajes famosos han hecho apariciones públicas con su ropa. Thierry Mugler ha afirmado su gusto por la gente seductora, atrevida y que quiere estar radiante. Kate Moss o Claudia Schiffer han llevado sus prendas de forma esplendorosa, pero también han brillado Liza Minnelli y Diana Ross sobre el escenario. Entre los hombres, nada mejor que la fuerza de James Brown o el glam de David Bowie para representar su estilo.
Visionario e idealista, sin duda alguna, es su inagotable imaginación y su gran sentido de la ironía lo que le ha permitido innovar cada colección con insolencia y rigor.
Hoy, después de haber alcanzado el éxito profesional y la gloria mediática, Mugler vive alejado del mundo de las pasarelas; tras su retiro, creó el vestuario para uno de los espectáculos del Cirque du Soleil. Y ahora, entregado al fisicoculturismo, su cuerpo es lo único que importa.
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