Henry Miller, digamos lobo, digamos hombre–catarata, descansa sobre la mesa auxiliar que he rescatado recientemente del olvido, y que luce ahora en mitad del salón azul. Henry está empezando a rezumar del libro y va decolorando la mesita, verde en origen, hasta dejarla guarra de impresión. “Así que Henry no se demora en efectos”… Es la primera mañana que paso con este libro, este…
La actividad humana se desenvuelve en los límites de una sociedad embebida en el paroxismo irracional, donde la pulsión vital se canaliza…
Seguir leyendo →Rothschild, Rockefeller, JP Morgan, DuPont y Bush: cinco familias de maestros constructores en un orbe de turba; más de siete mil millones…
Seguir leyendo →Publica el periódico El País en su edición del pasado 18 de julio un artículo cuya autora, Ana Torres Menárguez, titula “El…
Seguir leyendo →«Lo popular no es lo que las masas demandan, porque eso es pan y circo, lo que el poder crea para entretener…
Seguir leyendo →Parece obvio que lo del “toque” tiene riqueza de significados; pero un toque no es nunca un empujar o un empujón o…
Seguir leyendo →El sol cae a plomo sobre el cementerio de Alcalá de Henares. Qué cosas. Lo que hoy es un recorrido de domingo…
Seguir leyendo →A propósito del ocaso gradual del hombre, convertido hoy en un ser patológico hostigado por la mecática, refiero aquí el término homo…
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