
Haciendo un repaso a los titulares de la prensa descubro que el servicio de televisión en las habitaciones de los hospitales públicos será gratuito para los pacientes durante su ingreso, a partir del mes de febrero de 2019.
Salvo casos excepcionales, hace ya bastantes años que dejé de ser tele-evidente, y creo haber ganado en salud física, mental y ética.
Esta medida en áreas sanitarias, creo que debería de ser interpretada y aplicada con la debida cautela que la cordura impone, y permitir el visionado de telebazofia advirtiendo previamente, como toda autoridad médica sabe y debe, de los graves e irreversibles peligros que su consumo descerebrado acarrea, tales como: vómitos catódicos, diarreas mentales, espasmos retinianos, compulsiones consumistoides, pensamiento único, lobotomización del sistema crítico, cretinismo de paraíso artificial, esquizofrenia de sociedad libremercadista, etcétera.
Pero afortunadamente siempre nos quedará como antídoto La 2, la de todos: sin cortes publicitarios, que dignifica al medio, no insulta la inteligencia, que carece de los mencionados y tóxicos efectos secundarios y sí los de su probada eficacia revitalizante y regeneradora.
Texto: Migue Aramburu.